¿Qué son las pastas?
Son el producto obtenido por desecación de una masa no fermentada, confeccionada con harinas, sémolas finas o semolinas, procedentes de trigo duro o recio (tritícum durum) o trigo candeal (tritícum vulgare) o sus mezclas, agua potable y sal.El gluten de la harina forma con el agua una masa que envuelve el almidón y da consistencia a la pasta. Una vez amasada ésta, se corta en trozos de forma y tamaño variable, que se desecan por evaporación, dando lugar a la gran variedad de estas pastas: fideos, macarrones, tallarines, galets, letras, estrellas, maravilla y otras pastas para sopa, canelones, raviolis, etc.
Alimento simple, que no exige manipulaciones ni aderezos culinarios complicados, ampliamente asociable a cualquier otro alimento, es una combinación armónica de productos indispensables para la vida, el esfuerzo, el crecimiento.
Contienen vitamina B1 (de equilibrio nervioso) y vitamina B2 (favorable a la asimilación de los almidones). Permiten de una manera económica, simple y rápida, a toda persona que realiza fuertes trabajos neuro-musculares, disponer en algunos minutos de un interesante aporte energético, puesto que sus hidratos de carbono son fácilmente asimilados sin fatiga para el estómago y sin que ni los intestinos ni el hígado tengan que hacer ningún esfuerzo para ello, gracias a su débil contenido en grasas.
Aportan, en cambio, suficientes proteínas para poder prescindir, por lo menos de vez en cuando, de platos cárnicos. No hay que olvidar que las proteínas representan los elementos de protección celular en cuya ausencia no hay alimentación ni salud equilibradas. De las proteínas que el organismo necesita, un 40 % han de ser de origen animal. Pero las proteínas de las pastas alimenticias son tan digeribles y pobres en sustancias tóxicas como sus hidratos de carbono.
Calorías
Las pastas alimenticias son altamente energéticas, proporcionando 360 calorías por cada 100 gramos cuando son sin huevo, y unas 385 si son elaboradas con huevo.¿Cómo hay que comerlas?
De la manera más variada posible: en sopa, al gratín, acompañando otros alimentos. Como por sí solas estas pastas resultan insípidas, se sirven acompañando caldos, salsas, huevos, verduras, etc., o convenientemente sazonadas con sal, tomate, mantequilla, queso rallado, etc.
Su alto contenido en gluten, proteína vegetal cuya digestión requiere una abundante secreción gástrica, podría dificultar la digestión de estas pastas, cuya digestibilidad se halla también, influida por su tamaño. Cuanto más pequeñas, mayor superficie ofrecen a la acción de los jugos digestivos y más fácilmente franquean el píloro. Para la digestión de sus almidones la saliva es de gran importancia. Por tanto, estas pastas deben masticarse, desmenuzarse y ensalivarse bien, sobre todo las de tamaño grande, como fideos gruesos, tallarines, macarrones, etc., pues de lo contrario pueden permanecer largo tiempo en el estómago, en particular si se padece atonía y falta de suficientes secreciones.
Efectos sobre el organismo
Las pastas favorecen el crecimiento de los niños sin lesionar su hígado ni su tubo digestivo. Como es sabido, todo organismo en estado de crecimiento acelerado -como ocurre en niños y adolescentes- quema y consume una gran cantidad de calorías y de energía. Las pastas alimenticias proporcionan los dos alimentos de la célula hambrienta, que no cesa de exigir que se la nutra: los hidratos de carbono y las proteínas.
Ciertamente, a los niños y a los jóvenes con las pastas alimenticias se les puede dar una nutrición que conviene admirablemente a su tubo digestivo y a su glándula hepática, los cuales exigen simultáneamente grandes cantidades de elementos nutritivos perfectamente escogidos.
¿Quién debe comerlas?
Los niños, los deportistas, los trabajadores manuales, las personas que viajan, las que realizan esfuerzos físicos, los convalecientes. Los hipertensos y los enfermos cardíacos, a condición de no poner sal en las mismas. También constituirán un alimento aconsejable y fácil de administrar en enfermos de estómago e incluso en el curso de hemorragias digestivas, en las cuales la falta de alimentos podría provocar contracciones gástricas indeseables. En estos casos, las pastas se acompañarán de mantequilla fresca o salsa blanca, pero no es conveniente gratinarlas.
¿Quiénes NO deben comerlas?
Los niños que presentan mala absorción intestinal a causa de enfermedad celíaca por intolerancia al gluten. En estos casos es necesario suprimir, mientras dura el crecimiento, todo alimento que contenga harinas de cereales.
Las personas obesas podrán comer pastas alimenticias pero con moderación y, sobre todo, poniendo cuidado en los alimentos que las acompañan.
¿Qué son las pastas alimenticias compuestas?
Para hacer más sabrosas y nutritivas las pastas alimenticias, a veces se le incorpora, al fabricarlas, alguna de las siguientes sustancias: gluten, huevos, leche, grasas comestibles, harina de soja y otras leguminosas, hortalizas y verduras desecadas y sus jugos y extractos.
Los fabricantes están obligados a hacer constar esta circunstancia en las etiquetas del envase, así como la cantidad añadida de aquellas sustancias. En las elaboradas con huevos que no sean de gallina, se deberá hacer constar la naturaleza del huevo empleado.
Está prohibida la venta a granel de las pastas alimenticias compuestas, así como la adición de colorantes o de otras sustancias diferentes a las indicadas.
Valor especial de las pastas con huevo
La Dietética contemporánea da mucha importancia a los huevos en la alimentación de los niños. Ricos en proteínas y grasas, fósforo, hierro y cobre, sustancias eminentemente antianémicas, y en vitaminas A, D, E, B1 Y B2, los huevos son de muy gran digestibilidad diluidos y cocidos con cereales y feculentos, o incorporados estrechamente a estos alimentos, como ocurre con las pastas alimenticias elaboradas con huevos frescos.
Los estudiantes necesitan comer huevos durante todo el curso escolar. Son un verdadero fortificante cerebral e, incorporados a las pastas, resultan un alimento idóneo para el crecimiento.
Las pastas con huevo tienen la particularidad de que, además de más sabrosas, resultan más digeribles al hacerse más porosas gracias a la albúmina del huevo. Pero, por otra parte, incorporado el huevo a mezclas harinosas, resulta perfectamente tolerado por todo el mundo, con lo cual no produce urticaria, ni cólicos biliares, ni enteritis, ni artritis o accesos de gota a las personas que no los toleran tomados solos. Es por ello que las pastas al huevo representan para todos los convalecientes de enfermedades agudas y crónicas el mejor alimento y el más eficaz para la recuperación de fuerzas y del peso, y el que ofrece menos contraindicaciones.
Composición por 100 gramos
Sin huevo
|
Con huevo
| |
Agua
|
12,5
|
9,1 g
|
Proteínas
|
11,4
|
14,3
|
Grasas
|
1,1
|
5
|
Hidratos de carbono
|
74
|
70,6
|
Sales
|
1
|
1
|
Minerales
| ||
Sodio
|
0,012
|
0,020
|
Potasio
|
0,172
|
0,160
|
Calcio
|
0,022
|
0,024
|
Magnesio
|
0,035
|
0,033
|
Hierro
|
0,0012
|
0,0002
|
Azufre
|
0,146
|
0,150
|
Cloro
|
0,052
|
0,056
|
Vitaminas
| ||
Vitamina A
|
-
|
200 U
|
Vitamina B1
|
0,11 mg
|
0, 13 mg
|
Vitamina B2
|
0,08
|
0,12
|
Vitamina PP
|
2,1
|
2,1
|
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