Cuando la estación del año comienza a ofrecer días con elevadas temperaturas, la alimentación debe acompañar esa situación para evitar deshidratación, pérdida de líquidos, sales y minerales.
La práctica de actividad física, debe también adecuarse a las temperaturas, por ejemplo, elegir horarios de menos calor, practicarla en lugares con sombra o con aire acondicionado, como tienen hoy la mayoría de los gimnasios.
Pero sobre todo, la hidratación previa a la realización del deporte o gimnasia, y durante, es esencial.
El mayor líquido de hidratación es el agua. Cuando la actividad es mayor y la sudoración aumenta, la hidratación con bebidas deportivas es una excelente alternativa. Permite reponer el agua y los minerals perdidos.
En el verano, la mayoría de las frutas de estación poseen alto contenido de agua, permitiendo también la hidratación además de aportar vitaminas, minerales, fructosa, etc.
Algunos ejemplos: la sandía, el melón, frutillas, kiwi, citricos, cerezas, duraznos, ananá, tienen un notable contenido de vitaminas.
Una alternativa para incorporarlas es mediante los licuados, donde no sólo se incorporan los beneficios de la fruta, sino agrega importante cantidad de agua.
Los vegetales, como el tomate, la lechuga (justo porque se consume cruda) conserva intactas todas sus características nutricionales. Sus sales minerales, las vitaminas y los ácidos orgánicos que contienen resulta una fuente de nutrición.
Las vitaminas, la fibra, los minerales que aportan estos grupos de alimentos como frutas y vegetales, son muy importantes también para el crecimiento, para la prevención de enfermedades, garantizando una buena calidad de alimentación e hidratación.
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