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viernes, 7 de diciembre de 2012

ALIMENTOS Y ALTAS TEMPERATURAS






Cuando la estación del año comienza a ofrecer días con elevadas temperaturas, la alimentación debe acompañar esa situación para evitar deshidratación, pérdida de líquidos, sales y minerales.

La incorporación de alimentos con mayor contenido de agua, como son los vegetales, las frutas, los jugos, la gelatina, entre otros, permiten que el organismo regule mayor la temperatura y evite las pérdidas de agua y minerales por sudor.

La práctica de actividad física, debe también adecuarse a las temperaturas, por ejemplo, elegir horarios de menos calor, practicarla en lugares con sombra o con aire acondicionado, como tienen hoy la mayoría de los gimnasios.

Pero sobre todo, la hidratación previa a la realización del deporte o gimnasia, y durante, es esencial.

El mayor líquido de hidratación es el agua. Cuando la actividad es mayor y la sudoración aumenta, la hidratación con bebidas deportivas es una excelente alternativa. Permite reponer el agua y los minerals perdidos.

En el verano, la mayoría de las frutas de estación poseen alto contenido de agua, permitiendo también la hidratación además de aportar vitaminas, minerales, fructosa, etc.

Algunos ejemplos: la sandía, el melón, frutillas, kiwi, citricos, cerezas, duraznos, ananá, tienen un notable contenido de vitaminas.

Una alternativa para incorporarlas es mediante los licuados, donde no sólo se incorporan los beneficios de la fruta, sino agrega importante cantidad de agua.

Los vegetales, como el tomate, la lechuga (justo porque se consume cruda) conserva intactas todas sus características nutricionales. Sus sales minerales, las vitaminas y los ácidos orgánicos que contienen resulta una fuente de nutrición.

Las vitaminas, la fibra, los minerales que aportan estos grupos de alimentos como frutas y vegetales, son muy importantes también para el crecimiento, para la prevención de enfermedades, garantizando una buena calidad de alimentación e hidratación.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

EL ROL DE LOS DULCES EN UN PLAN ALIMENTARIO




Esta claro que los dulces son el tipo de alimento que debe representar un porcentaje reducido de nuestra dieta, lo cual no significa que debamos renunciar de los dulces. Podemos tomarlos tranquilamente la clave está en el equilibrio y saber recortar por algún lado el aporte calórico extra.


No hay que olvidar que el consumo en su justa medida de dulces es beneficioso para la salud, ya que son un aporte extra de energía, numerosos nutrientes necesarios y desde luego ayudan a elevar nuestro estado de ánimo.
Es posible no engordar y hasta perder peso con una dieta que permite estos deliciosos alimentos. Un nuevo concepto de dieta equilibrada que permite galletas y postres.

Recueda: abusar de los dulces es perjudicial…
  • Un exceso nos llevaría a una ganancia de peso, sobre todo si tomamos en exceso postres y dulces ricos en grasas y pobres en agua y fibras.
  • Además que elevaría el colesterol y nos haría proclives a sufrir enfermedades relacionadas con el sobrepeso y la obesidad.
  • Como referencia, nuestra dieta diaria debe aportarnos un 55% de hidratos de carbono, de esa cantidad, el 10% ouede proceder de los dulces.
Los dulces dentro de una dieta equilibrada
  • No es buena cualquier hora para comer unas galletas. El mejor momento para tomarse unos bocados dulces es el desayuno o a lo largo de la mañana. Ya que los nutrientes que nos aporte los tenderemos a gastar con la actividad que desarrollemos a lo largo del día y por tanto no se acumulará en forma de reserva.
  • Opta por los dulces caseros. Lo sentimos mucho pero los dulces industriales poseen muchas más grasas saturadas, conservantes, colorantes, azúcares, colesterol que los caseros.
  • En las pastelerías de toda la vida puedes encontrar postres que normalmente son bastante semejantes a los naturales, aun así mejor son los hechos en casa por puedes elaborarlos con grasas “sanas” (como aceite de oliva) y no con aceites de origen animal o vegetal que no son nada recomendable.
  • Tomar una ración pequeña de un dulce te ayuda a saciarte y a calmar el hambre. Nada de picotear entre horas! Si terminas la cena con un poco de chocolate o una bocha de helado, te quedarás a gusto y saciada, así evitarás caer en la tentación de comer algo más a lo largo de la noche, por ejemplo.
  • Utiliza endulzantes naturales para reducir la ingesta de azúcar y no renunciar al sabor dulce.
  • Si compras postres hazlo en porciones envasadas de forma individual para controlar el consumo y evitar comerte todo de una sentada.
La verdad es que la fama de los caramelos y chicles en general es mala y existen razones reales que la avalan. En primer lugar, son muy ricas en azúcar, lo que incide en el sobrepeso y la obesidad, un problema que está alcanzando proporciones alarmantes entre los más pequeños. Por otro lado, el consumo excesivo de azúcar daña los dientes ya que, mezclada con la saliva, activa el desarrollo de los microorganismos que provocan las caries. Por otra parte, al tomar golosinas en exceso se está ocupando el lugar de otros alimentos más sanos y con mayor calidad nutritiva, de tal forma que la dieta general se ve afectada y desequilibrada, y se pueden producir carencias vitamínicas y de otros tipos. Además, comer caramelos y gomitas a todas horas no es la mejor forma de generar hábitos alimenticios correctos, los cuales deben fomentarse desde la infancia.

Consumo responsable

Cualquier dieta saludable se basa en un concepto general: la moderación. Prohibir las golosinas sin más haría la vida de los niños bastante más infeliz sin que con ello se consiguiera ninguna mejoría radical de su calidad de vida. Lejos de aconsejarlas como un elemento indispensable de la dieta (se puede vivir sin consumirlas), es justo hablar de su composición y de lo qué ofrecen al organismo.
Su componente principal, el azúcar, resulta un enemigo de la salud si se consume sin freno, pero tomado en cantidades adecuadas es necesario y no perjudica en absoluto. Hay que recordar que la glucosa es el alimento fundamental del cerebro, aportándole la energía que precisa. Igualmente es necesaria en momentos concretos en los que el gasto energético del cuerpo es alto, como cuando se practica una actividad física fuerte superior a la normal.
Por otro lado, variedades como las gomitas llevan gelatina que aporta proteínas sin contener prácticamente grasa. Respecto al tema del sobrepeso, hay que recordar que un caramelo o un chicle contiene 17 calorías y cinco de ellos ofrecen el mismo aporte energético que una porción individual de mermelada. Por tanto, lo que hay que evitar son los atracones frecuentes, no el hecho de comerlos de vez en cuando.
Las golosinas y dulces no tienen por qué desaparecer de la vida de los más pequeños ni de los adultos. No está de más recordar que la atracción por el sabor dulce es una preferencia innata en el hombre (a diferencia del salado, cuya predilección es aprendida) y al hallarse escrita en nuestro código genético, resulta verdaderamente difícil no satisfacerla de vez en cuando.